• Mejora el comportamiento hidrológico de la cuenca.
• La depuración de las aguas residuales de pequeños núcleos urbanos, actuando como filtros verdes.
• La depuración o interceptación de los contaminantes existentes en las aguas de escorrentía superficial y de la capa freática, antes de que lleguen al río.
• Estabilización de la forma y trazado del cauce.
• La fitorremediación de suelos contaminados, fangos y sedimentos.
• La lucha contra el efecto invernadero.
• Conservación de la vida salvaje.

• Contribución al mantenimiento de la población en el medio rural (creación de empleo en el medio rural para la gestión y desarrollo de choperas).
• Las choperas forman, indudablemente parte muy importante del acervo cultural de los habitantes de la ribera.

La gran velocidad de crecimiento del chopo, el mayor de entre todas las especies europeas y uno de los mayores en todo el mundo, y por consiguiente su capacidad para fijar CO₂ de la atmósfera y transformarlo en carbono que se almacena en su madera, devolviendo al mismo tiempo el oxígeno limpio, le convierten en una especie ideal en la lucha contra el cambio climático.

En función del porcentaje de carbono existente en la madera de chopo y del rápido crecimiento de las choperas, se calcula que una hectárea recicla anualmente la cantidad media de 20 toneladas de CO₂.  Además, suponiendo que a los 13 años se proceda a su corta, se habrán depurado una media de 260 t/ha de CO2 aproximadamente que no van a volver de forma inmediata a la atmósfera, ya que se emplearán en su mayor parte para la fabricación de tablero contrachapado que, a su vez, se utilizará en la fabricación de muebles u otros productos con una vida de uso relativamente larga.

Considerando la superficie de choperas gestionadas, Bosqalia está fijando anualmente alrededor de 9.500 Toneladas de CO₂ .